A pesar de saber que el
hambre fue una clave innegable, el cómo se llegó a esta crisis es tan solo otra
teoría, que se suma a muchas otras sobre la revolución. Muchos historiadores
coinciden en “el año crítico” (1788) en el cual pasa de una economía
relativamente estable para el tercer estado, a una bancarrota a mitades del
siglo XVIII por la ayuda “solidaria” solicitada por los Estados Unidos por
medio de Benjamín Franklin, contra su enemigo y ganador de la guerra de los
siete años, Inglaterra (Prieto. p.13). La situación fue advertida Turgot,
ministro de el Rey, ambos reconocidos por ser atentos al pueblo, y quienes el
parlamento y el clero no escucharon, sino que se dedicaron a seguir con sus excesivos
gastos (principal causa del descontento social) y que afecto al área
alimenticia por los grandes y múltiples impuestos que debían pagar los
plebeyos. Aparte de todo esto, y para hacer honor a la palabra “crítico”, ese
año hubo malas cosechas, que afectaron a los minifundios, y por obvia
consecuencia los precios subieron de una manera extrema (Rudé. p.88), y ante la insuficiencia por los bajos salarios se da la crisis alimentaria,
esperada para los campesinos, pues conocían de su suelo agotado e inadecuado, y
de el fuerte invierno que los afecto; situación ante la cual intentaban
enfrentarse por medio de trabajos manuales (MacPhee. p.16). De igual manera que
como se dio con la independización, la crisis se expandió al comercio y la
industria.
Fotografía de una simulación de la toma de la Bastilla |
A raíz de la falta de
alimentos se empezó a cultivar los cereales en grandes extensiones de tierras,
sin embargo no eran las más adecuadas, pues no eran ricas en nutrientes y eran
muy secas y pedregosas. Las pocas cosechas que se lograban recoger debían
cubrir las demandas locales y también eran llevadas a las grandes ciudades para
ser vendidas a precios “razonables” terminaban siendo consumidas por los de las
clases más adineradas. En ese momento
las pocas cosechas no alcanzaban para alimentar a tantas personas y tanto las
partes rurales como las ciudades rurales sufrían crónicamente de una falta de
suministros alimenticios y de otros servicios (McPhee 2007.p.16) .Con el aumento
de la riqueza de la clase acomodada fue surgiendo otra forma de subsistir para
la clase más baja: la construcción. Otro factor influyente fue que los grandes
terratenientes no afectados por el ambiente y la tierra, a pesar de sus grandes
cultivos, solo vendían una parte, ya sea para reserva propia o solo en espera
de que los precios subieran para tener mayor ganancia. (Bertaud.1990. p.59) Los
impuestos sobre los alimentos eran el mayor movilizador de masas, si este subía
los disturbios por parte del pueblo aumentaban, estos se quejaban de que la
aristocracia no solo no los pagará, si no que los mismo panaderos cobraran el
mismo precio por sus alimentos y que sin embargo el pueblo recibiera lo de mala
calidad o hasta lo “incomible”.
Durante las manifestaciones por el hambre, el pueblo
robaba las carretillas con granos y harina, se convirtieron los panaderos en
las principales victimas de las revueltas. Y después de la caída de la bastilla
y en medio de la discusión de los derechos humanos, los precios del pan cayeron
drásticamente, apaciguando el pueblo.
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